¿Por qué las aves regurgitan comida para sus dueños? Guía clara y cariñosa

9/18/2025

Entiende el gesto, cuida el vínculo y protege la salud de tu ave

¿Tu pájaro se acercó, movió la cabeza y dejó una bolita de comida en tu mano o ropa? Suena extraño. Pero tiene sentido. Es un gesto cargado de significado.

Vamos a arrancar con una idea simple. Tu ave no intenta disgustarte. Intenta decirte algo. Así que vale la pena entenderlo bien.

Qué es la regurgitación en aves

La regurgitación es cuando el ave trae comida desde el buche hacia la boca y la ofrece. No hay esfuerzo violento. No hay malestar visible. Es un acto social.

Muchas especies lo hacen. Loros, pericos, cacatúas, agapornis y periquitos australianos. Incluso palomas, que además producen una “leche de buche” para sus crías.

Motivos por los que tu ave lo hace contigo

  • Vínculo y cortejo: En la naturaleza, las aves alimentan a su pareja con comida regurgitada. Es un “te quiero”. Tu ave puede verte como pareja.
  • Cuidado parental: También alimentan a sus crías así. Si te ve como parte de su “bandada”, puede intentar cuidarte.
  • Hormonas y temporada: Primavera, más horas de luz, refugios tipo nido y una dieta muy rica pueden activar el modo reproductivo.
  • Atención y hábito: Si reaccionas con emoción, ríes o le hablas mucho, puede repetirlo. Funciona para conseguir tu atención.

Pequeña anécdota: la primera vez que mi periquito hizo esto, pensé que estaba enfermo.

Vínculo profundo… pero con límites sanos

Este gesto dice “estamos unidos”. Lindo. Pero conviene guiarlo. No queremos que viva en modo pareja contigo. Eso estresa. Además puede disparar picaje o gritos.

Regurgitación vs vómito: cómo distinguir

Regurgitación: postura tranquila. Cabeceo suave. Comida con aspecto normal. Ave activa después.

Vómito: movimientos bruscos. Esfuerzo. Sacudidas del cuerpo. Restos acuosos o con mal olor. Plumas erizadas y apatía luego.

Señales de que tu ave te está “cortejando”

  • Se frota en tu mano o cuello.
  • Se agacha con alas separadas y cola elevada.
  • Te sigue por la casa y te llama.
  • Regurgita cuando le hablas suave o lo acaricias en la espalda.

Entonces, ya sabes. Es cortejo. No enfermedad.

Cómo responder de forma amable

La clave es agradecer sin reforzar el gesto. Piensa en un semáforo. Verde para el vínculo sano. Amarillo para redirigir. Rojo para señales médicas.

Paso a paso sencillo

  • Mantén una expresión neutra cuando regurgite. Sin risas, sin fiesta.
  • Redirige la energía. Ofrécele un juguete para forrajear o una rama fresca segura.
  • Cambia el contexto. Camina a otra habitación y juega a otra cosa.
  • Reserva las caricias para la cabeza y el cuello. Evita espalda, alas y cola. Eso reduce el tono sexual.
  • Quita objetos que parecen nidos. Cajas, rincones oscuros, toallas enrolladas.
  • Ajusta el fotoperiodo. 10 a 12 horas de sueño en una zona tranquila y oscura.
  • Ofrece una dieta balanceada. Menos semillas grasas. Más pellets de calidad, verduras de hoja y agua fresca.
  • Programa sesiones de entrenamiento cortas. Target, percha, giros. Mente ocupada, cuerpo feliz.

Cuándo ir con el veterinario

Si sospechas vómito. Si hay pérdida de peso. Si la regurgitación es muy frecuente o compulsiva. Si notas letargo o plumas erizadas constantes.

Pide cita con un veterinario de animales exóticos o de aves. Mejor pronto que tarde. Un chequeo salva tiempo y preocupaciones.

Ejemplos rápidos

Cacatúa ninfa que regurgita en tu dedo

Reduce caricias fuera de la cabeza. Corta el acceso a rincones oscuros. Añade juguetes de madera blanda para picar. Ajusta horas de luz. La conducta suele bajar en dos semanas.

Periquito australiano que te regala comida cada mañana

Cambia la rutina. Primero forrajeo. Luego entrenamiento de 5 minutos. Después juego tranquilo. Menos atención directa cuando intenta regurgitar. Más atención cuando explora juguetes.

Loro amazona con picos de hormonas en primavera

Controla el fotoperiodo. Modera las calorías. Evita mimos largos en sofá. En su lugar, rompecabezas de comida y vuelos controlados. Canaliza la energía.

Mitos comunes, aclarados

  • No es “asco”. Es comunicación social.
  • No “manda” sobre ti. Solo muestra vínculo.
  • No siempre es enfermedad. Observa el contexto.

Prevención con ambiente rico

Piensa en tu casa como un bosque en miniatura. Perchas de distintos grosores. Ramas seguras. Juguetes que rotan por semanas. Tiempo para volar si es seguro. Rutinas claras.

Así tu ave usa su pico para explorar, no para regurgitar a cada rato. Además reduce estrés. Entonces mejora el vínculo.

Resumen rápido

  • Regurgitar es un gesto de cariño o cortejo.
  • Diferencia regurgitación de vómito. Actúa según el caso.
  • No refuerces el gesto. Redirige con juegos y forrajeo.
  • Ajusta luz, caricias y ambiente. Menos gatillos hormonales.
  • Consulta al veterinario si ves señales rojas.

Tu pájaro no intenta incomodarte. Te está hablando con el lenguaje de su especie. Si entiendes ese idioma, cuidas su bienestar. Además fortaleces el vínculo de forma sana.

¿Te pasó algo parecido con tu ave? Cuéntame en los comentarios cómo te fue, así aprendemos en bandada.